
A ella le encanta la cocina, al menos por ahora. Ayer se puso con sus trastos culinarios a preparar alguna comida imaginaria y me obligó a sentarme en su sillita a esperar la cena.
Yo: "Que estás preparando?"
M.: "Milanesas."
Yo: "Ah que bueno! Y... cómo se hacen?"
M.: "Se hace un arrolladito con forma de nube y se aplasta para que te lo comas con salsa de tomate!"
Sonó rico! no?
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