A la madrugada, siempre, pero siempre me llama para pasarse a mi cama. Está bien? está mal? La verdad no me importa, los tres disfrutamos de esto y sabemos que un día se va a terminar. Mientras tanto es lindo. Pero lo mejor de todo, es despertarla y llevarle su chocolatada a la cama mientras ve los dibujitos. Está despeinada, dormida, en pijama, los ojos chinos, la taza en la mano y empieza a decir unas cosas rarísimas. Claramente le lleva un rato conectar con este planeta. Esta mañana abrió un ojo y me dijo:
M.: "Mami, cuidado."
Yo: "cuidado con que?"
M.: "Cuidado que papi esta diciendo Buen dia!"
Logra lo que nunca nadie logró. Evaporar mi mal humor matutino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario