Plaza del Carmen con dos amiguitas. Una (obvio) era N. la amiguita del alma y 2000 personas más en el bar. Vacaciones de invierno. Espectáculo infantil de magia y mariposas para pintarse en las caritas.
Todo muy lindo, pero claro... para la mariposa, había que hacer la cola y esperar.
M. aparece con un llanto loco...
Yo: "Que te pasó? Por que llorás tanto?"
Creyendo que se le habia caido encima la mampostería, de la manera en que lloraba y sollozaba...
M. "Es que me pudriiii de hacer la cola!!!"
Final del cuento. Tuve que hacer yo la cola para que le pinten la dichosa mariposa a ella y a N. (q tambien se enojó) y que duró en su mejilla, solo media hora sin correrse.
En fin. Es una de las partes de ser madre que nunca nadie me había advertido. Igual lo disfruté.
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